Nuestro trabajo

Qué hacemos

El territorio es el espacio en el que tienen lugar las acciones de transformación, donde convergen intereses comunes y propuestas de cambio, donde se ejecutan de primera mano las políticas públicas y donde se generan los espacios de participación más cercanos a la ciudadanía. Los municipios son el kilómetro cero de la solidaridad.

La Cooperación Al Desarrollo municipalista se centra en fortalecer las capacidades locales, mejorar la calidad de vida a nivel municipal y promover el desarrollo sostenible, todo a través de la colaboración directa entre ciudades y municipios de distintos países en todo el mundo.

La interdependencia de la población mundial en términos económicos, tecnológicos, sociales, culturales y de organización política, son cada vez más evidentes. Podemos afirmar que la prosperidad de las sociedades que han ido accediendo a niveles óptimos de bienestar y la precariedad en la que viven millones de personas, no son realidades independientes. Por lo tanto, la política de cooperación ha de entenderse desde la búsqueda de la justicia social y del reconocimiento a las poblaciones empobrecidas de sus derechos más fundamentales, derechos que son inherentes a cada ser humano.

La cooperación para el desarrollo generalmente ha contribuido a mitigar los efectos de las desigualdades en todo el mundo, basándose en los principios de solidaridad, justicia y equidad. Los municipios, como actores próximos a la ciudadanía, tienen un rol clave en promover el desarrollo local y sostenible.

Entre los objetivos principales que promueve la cooperación municipalista destacamos.

  • Fortalecimiento de capacidades de las administraciones locales. Esto incluye la mejora de la gobernanza, el planeamiento estratégico y la gestión de recursos, lo que aumenta la eficiencia y transparencia de los gobiernos locales.
  • Desarrollo local. Los proyectos desarrollados por el municipalismo suelen estar dirigidos a mejorar los servicios públicos (como el agua, saneamiento, gestión de residuos), la infraestructura urbana, la planificación territorial y el desarrollo económico local. Estas iniciativas buscan generar impacto directo en la calidad de vida de la ciudadanía.
  • Cooperación entre iguales. la cooperación municipalista se basa en el principio de igualdad entre las partes. Los municipios colaboran como socios y comparten responsabilidades, lo que crea relaciones horizontales y de largo plazo.
  • Diversidad de actores. En la cooperación municipalista participan diversos actores, como gobiernos locales, ONGs locales e internacionales, organizaciones de la sociedad civil, universidades…, lo que permite un enfoque multisectorial y más inclusivo en los proyectos.
  • Diplomacia de ciudades. Los municipios no solo participan en actividades técnicas, sino que también actúan como actores en la diplomacia de ciudades, que busca mejorar las relaciones internacionales a nivel local. Esta diplomacia local ayuda a construir redes internacionales y a generar alianzas estratégicas entre ciudades.
  • Innovación. El conocimiento de la política en el ámbito local además de conferir capilaridad y un alcance más cercano a las necesidades del territorio donde se trabaja permite una mayor orientación sobre las cuestiones que pueden cambiarse, se conocen los límites de la administración local, lo que permite mantener una relación fluida, que promueva la innovación y no forzar procesos de transformación que no sean sostenibles en el tiempo.

Promoción de una ciudadanía global crítica capaz de desarrollar, desde una mirada horizontal, responsable y comprometida, iniciativas de lucha contra la exclusión, la pobreza, la desigualdad y las injusticias, en todo el mundo.

La Educación para el Desarrollo fue reconocida por primera vez por un organismo internacional en 1974. En ese año, la UNESCO instó a Estados y organizaciones del ámbito educativo a considerar la educación como un proceso fundamental para solucionar los problemas de supervivencia y bienestar de la humanidad y a adoptar las medidas de cooperación necesarias.

La Educación para el Desarrollo y la Ciudadanía Global (EpDCG) abarca un amplio abanico de oferta educativa: formal, no formal e informal; a lo largo de toda la vida y con públicos diversos: titulares de derechos, titulares de responsabilidad y titulares de obligación.

Permite la adquisición del aprendizaje, el pensamiento crítico, habilidades y competencias, actitudes y valores necesarios para hacer frente a la complejidad en un mundo cada vez más incierto, para la comprensión y la apreciación de la riqueza de nuestro rico patrimonio y de las diferentes culturas, y para responder a las crisis y amenazas a la paz.

La EpDCG incluye ciertos elementos centrales

  • Valores fundamentales de justicia social a nivel global y local, paz, solidaridad, equidad e igualdad, sostenibilidad planetaria, inclusión, derechos humanos, aceptación de la diversidad y comprensión internacional.
  • Un enfoque en la interconexión entre las dimensiones local y global de los problemas que afectan a las personas, a otros seres vivos y al planeta entre generaciones; entre culturas y entre el pasado, presente y futuro.
  • Un compromiso común con las prácticas pedagógicas que son inclusivas, participativas, inspiran esperanza, permiten el pensamiento crítico, y hacen justicia a la prioridad del “alumnado”; al tiempo que se crean competencias y habilidades para una acción informada, autorreflexiva y significativa, individual y colectiva.

Desde la cooperación municipalista fomentamos la EpDCG a través de la formación, movilización, sensibilización pública y el compromiso crítico con los problemas locales y globales, reconociendo su relevancia para la propia vida y el bienestar de la sociedad.

Fomentamos una ciudadanía crítica con su realidad, capaz de responsabilizarse frente a las desigualdades e injusticias sociales ejerciendo sus derechos a través de la participación, siendo protagonistas directos de las soluciones. Buscamos que su responsabilidad como ciudadanía trascienda la esfera de lo local, comprometiéndose con los derechos de todas las personas en su conjunto, tomando conciencia sobre las consecuencias que las decisiones cotidianas pueden tener a efectos globales. Que se reconozcan, en suma, como ciudadanía perteneciente a una comunidad mundial de iguales en búsqueda y exigencia de una justicia global, preocupada por los temas colectivos y que reclaman su protagonismo en el desarrollo de los procesos sociales y políticos.


La Acción Humanitaria tiene como objeto proteger y salvar vidas, prevenir y aliviar el sufrimiento humano, atender las necesidades básicas e inmediatas de la población y promover sus derechos, todo ello desde una perspectiva de reducción de la vulnerabilidad y fortalecimiento de capacidades.

La asistencia humanitaria es fundamental especialmente en contextos de crisis y emergencias.

Salvación de Vidas y Alivio del Sufrimiento: En situaciones de desastres naturales, conflictos armados y otras emergencias, la asistencia humanitaria proporciona recursos esenciales como alimentos, agua, refugio y atención médica, que son cruciales para salvar vidas y aliviar el sufrimiento humano.

Protección de los Derechos Humanos: La asistencia humanitaria ayuda a proteger los derechos fundamentales de las personas, incluyendo el derecho a la vida, la seguridad y la dignidad. En muchas crisis, las personas afectadas son vulnerables a violaciones de derechos humanos, y la ayuda puede proporcionar una medida de protección y seguridad.

Respuesta Rápida y Coordinada: En emergencias, la capacidad de movilizar rápidamente recursos y asistencia es crucial para minimizar el impacto de la crisis. La asistencia humanitaria organizada y coordinada asegura que la ayuda llegue a quienes más la necesitan de manera oportuna y eficiente.

Prevención de la Crisis de Salud Pública: Desastres y conflictos pueden llevar a condiciones insalubres que fomentan la propagación de enfermedades. La asistencia humanitaria incluye intervenciones sanitarias y de saneamiento para prevenir brotes de enfermedades y proteger la salud pública.

Apoyo a la Recuperación y Resiliencia: Más allá de la respuesta inmediata, la asistencia humanitaria también contribuye a la recuperación a largo plazo y la construcción de resiliencia. Ayuda a las comunidades afectadas a reconstruir sus vidas y mejorar su capacidad para enfrentar futuras crisis.

Reducción de la Vulnerabilidad: La asistencia humanitaria también se enfoca en abordar las causas subyacentes de la vulnerabilidad, como la pobreza, la desigualdad y la falta de acceso a servicios básicos. Esto es esencial para reducir la exposición de las personas a riesgos futuros.

Promoción de la Paz y la Estabilidad: En contextos de conflicto, la asistencia humanitaria puede ayudar a reducir las tensiones y promover la paz, al proporcionar recursos básicos que pueden disminuir la competencia y el conflicto entre grupos.

Desde la cooperación local consideramos la Acción Humanitaria como un componente esencial de la respuesta global a las crisis, proporcionando apoyo vital y construyendo bases para una recuperación más sólida y sostenible.

La administración pública local se encuentra en una posición idónea para desempeñar un papel activo en el marco de las políticas de igualdad; dispone de un marco normativo nacional e internacional favorable, de una ciudadanía cada día más empoderada, de nuevos liderazgos políticos en favor de la igualdad más allá del discurso teórico y de nuevos liderazgos femeninos y feministas al frente de importantes ciudades de todo el mundo.

El desarrollo de un país y su salud democrática se mide también por su compromiso con la igualdad de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres. Las políticas de género dependen en gran medida de la voluntad política de quien encabeza las instituciones, y más allá del discurso es necesario forzar el despliegue de la normativa de género, priorizar la igualdad en todos los ámbitos y sectores de nuestra sociedad e impulsar que todas las políticas, normativas, planes y actuaciones tengan enfoque de género.

Uno de los principales retos del siglo XXI y de acuerdo con la Agenda 2030 es reducir y paliar las desigualdades. Para lograr este reto, Naciones Unidas nos invita a trabajar contra las causas estructurales que perpetúan las discriminaciones y la inequidad. Conocemos y, por tanto, situamos la desigualdad de género como una de las principales causas de empobrecimiento y de limitación de derechos.

La consideración de los derechos de las mujeres como derechos humanos supuso, asimismo, un cambio de perspectiva en la concepción de los derechos desde un enfoque jurídico a una “cultura de los derechos humanos” que compromete a los gobiernos y a cualquier persona, en tanto titular de derechos, en una socialización de estos que rompa con el sistema de creencias machistas y patriarcales que sirven de fundamento estructural a la vulneración de los derechos de las mujeres.

Esto supone la obligación de los estados a contribuir activamente a la modificación de patrones socioculturales, entendiéndose que no habrá equidad ni igualdad de género si no se modifica la consideración tradicional de los papeles de mujeres y hombres.

    1. Cuestionar las estructuras globales de iniquidad. Se exige un modelo de desarrollo basado en los derechos humanos y trabajar para transformar el modelo de desarrollo basado en la explotación.

    2. Centralidad de la sostenibilidad de la vida, humana y medioambiental, prestando especial atención a los cuidados, y el derecho al cuidado y el autocuidado, dando visibilidad al ámbito privado, entroncando con las nociones de dignidad humana y de libertades fundamentales que sustentan la definición de los derechos humanos.

    3. Diferencia y diversidad, alejado del concepto universal de “hombre” y cuestionando el etnocentrismo blanco, heterosexual, de clase media y vida urbana, desde un enfoque que se ocupa de la relación entre patriarcado, capitalismo y colonialismo.

    4. Posicionamiento explícito contra todas las violencias de género, exigiendo el fin de cualquier forma de discriminación, así como la plena participación de las mujeres en la toma de decisiones, incluyendo los procesos de Construcción de Paz y Seguridad Humana.

    5. Enfatizar la garantía de los derechos sexuales y los derechos reproductivos, situándolos en el debate público como temas asociados a la ciudadanía, justicia social e igualdad plena, como se recoge en la Conferencia de El Cairo (1994) y en la Conferencia de Beijing (1995).

    6. Promover el establecimiento de alianzas entre organizaciones feministas de los distintos países, y dentro del país, apoyando las reivindicaciones de las organizaciones locales contra las estructuras de poder en sus realidades particulares.

    7. La transformación de las relaciones de poder y las causas estructurales que legitiman las discriminaciones, que afectan desproporcionadamente a las mujeres, comporta poner en cuestión los estereotipos de género.

    8. Garantizar la participación de las mujeres en estructuras de representación y toma de decisiones. A pesar del impulso dado a la igualdad de género en los últimos años, las mujeres han de continuar superando resistencias por parte de sus propias familias, sus organizaciones políticas, la institución donde trabajan y sus poblaciones, lo que evidencia la prevalencia de una práctica sociocultural que discrimina y vulnera su decisión de asumir candidaturas o cargos electos.
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La Cooperación Técnica Municipal es una herramienta de solidaridad entre municipios de distintos países.

Consiste en el intercambio de conocimientos, tecnologías y experiencias entre entidades locales y sus equivalentes en países del sur global. Su principal fin es mejorar las capacidades de organización interna y la calidad de los servicios públicos de los municipios implicados.
La Cooperación Técnica Municipal permite ir más allá del modelo operativo de cooperación asistencial; en este sentido, permite transversalizar diferentes departamentos municipales y aumentar el valor añadido de la cooperación local.

El motor principal de este tipo de iniciativa son las y los técnicos/as que, voluntariamente, traspasan sus conocimientos y habilidades profesionales a terceros y, de este modo, aumentan las capacidades y la autonomía. Los y las técnicos/as a su vez, disfrutan de nuevas experiencias y crecen profesionalmente, reviviendo procesos y asumiendo nuevos retos.
Lejos de ser una acción caritativa, se trata de una relación entre iguales, un intercambio abierto que genera un beneficio mutuo y que posibilita la participación entre municipios, del norte y del sur global, en un trabajo de cooperación coherente y definido conjuntamente.

Así mismo, la Cooperación Técnica Municipal incluye también experiencias de técnicos/as de los países del sur global que vienen a municipios vinculados a los Fondos de Cooperación para adquirir y trasladar sus experiencias y conocimientos sobre proyectos, servicios, actividades que se están desarrollando desde las administraciones públicas, gobiernos locales y supramunicipales de nuestro territorio.

Si bien podemos decir que existen tantos tipos de cooperación técnica como competencias ejercidas por un ayuntamiento, las siguientes áreas son las que ofrecen más interés en relación con esta modalidad de cooperación.

Agua y saneamiento
Incluye la regulación técnica, la sostenibilidad económica, el mantenimiento, la extensión de
redes, etc.

Comercio y mercados
Incluye aspectos relacionados con el ordenamiento de la actividad comercial, el trabajo asociado para garantizar la calidad alimentaria, la integración de los sectores informales, etc.

Educación, cultura y patrimonio
Orientado a la creación de las estructuras generales, y la gestión y preservación de materiales, espacios y obras de interés.

Igualdad, juventud e inclusión social
Dedicado al desarrollo de servicios que apoyen la juventud, la infancia, las personas mayores, la igualdad, etc.

Energía
Trata políticas de eficiencia energética de gran repercusión económica para los municipios, el sector privado y la ciudadanía.

Medio ambiente, gestión y planificación territorial
Incluye las acciones destinadas en la preservación del medio ambiente y las zonas de interés Natural, junto a la gestión de riesgos ambientales.

Promoción económica y empleo
Engloba las políticas para la promoción de los sectores productivos (incluido el turismo), que generan empleo, integración y riqueza.

Residuos
Incluye la planificación integral, la organización de los servicios de recogida, reciclaje, etc.

Salud pública
Promueve la salud pública mediante diferentes programas destinados a la salud sexual, la seguridad de los alimentos, la salubridad vial, etc.

Urbanismo
Engloba lo necesario para construir una relación sostenible entre la ciudad y su entorno, además de la puesta en marcha del área de urbanismo.

Movilidad
Incorpora el despliegue de planes, normativas e infraestructuras de movilidad, así como la puesta en marcha y la mejora de los servicios públicos.

Crisis Humanitarias/Emergencias
Una crisis no es un fenómeno puntual, tener presente el contínuum: emergencia – rehabilitación – desarrollo. Propuestas de actuación específicas ante determinadas emergencias.

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