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La Mutilación Genital Femenina (MGF) es ilegal en Gambia desde 2015, pero este año la ley ha estado a punto de desaparecer. En marzo, el legislador Almameh Gibba presentó un proyecto de ley para derogar la prohibición de la MGF en el país, argumentando que viola el derecho a practicar la cultura y religión tradicional de la ciudadanía gambiana.
Tras meses de consultas ciudadanas y debates parlamentarios, el 15 de julio el Parlamento de Gambia votó a favor de mantener la ley que prohíbe la MGF, con 33 votos a favor y 19 en contra.
La MGF, que altera o lesiona los órganos genitales femeninos, la han sufrido alrededor de 200 millones de mujeres y niñas en el mundo, de acuerdo con el Fondo de Poblaciones de Naciones Unidas (FPNU). Se calcula que 3 de cada 4 mujeres gambianas han sido mutiladas. El 75 % de las chicas entre 15 y 19 años se les ha practicado la MGF. Desde que se ilegalizó esta práctica en el país, la cifra ha descendido hasta un 51 % en menores de 14 años.
Con motivo de esta noticia, el Fons Català, socio de la Confederación de Fondos de Cooperación y Solidaridad, ha entrevistado a Adriana Kaplan, fundadora de la organización Wassu Gambia Kafo, con quien trabaja hace años, al haber participado en el proceso para mantener el marco legal de la MGF en Gambia.
La fundadora ha destacado que han recibido la noticia “como una victoria. Sin embargo, no teníamos claro cómo acabaría, han sido muchos meses de lucha, de movilizar a la sociedad civil y de poder involucrar a diferentes actores estratégicos”. Pero también insiste en que “en la votación quedaron 19 personas que votaron en contra. Creo que es una victoria, pero no resuelve el tema del todo. Es decir, tenemos un marco jurídico a partir del cual poder trabajar, que protege a las mujeres, las niñas y en las organizaciones que estamos trabajando en el tema”.
Adriana Kaplan ha explicado que “ha sido un largo proceso. Creo que la Comisión de Salud y Género, que eran las dos comisiones encargadas de preparar el informe para que pudiera ser aprobado por los parlamentarios, se lo han tomado muy en serio. Ha habido 143 comparecencias y Wassu ha tenido la oportunidad de comparecer en dos ocasiones. Una vez en solitario, durante 4 horas, para aportar datos y presentar los resultados de dos estudios clínicos que realizó la entidad, que son los únicos que existen en el país. Creo que ha sido también una oportunidad de poder utilizar y poner en valor el trabajo que hemos estado haciendo todo este tiempo. Luego también hicimos una segunda comparecencia con una matrona y Fatou, miembro de WASSU, como movilizadora, formadora y mujer que viene de las comunidades”.
El intento de legalizar la MGF ha sido un reflejo de voluntad o intención de cierto sector de la sociedad. ¿Qué pasa a partir de ahora? “Nos queda seguir trabajando. Ahora a ver cómo funcionará esta sociedad polarizada, cómo convivirá con ese conocimiento, porque ahora todo el mundo sabe que existe una ley. Ahora lo que nos toca es observar y, sobre todo, no bajar la guardia y seguir trabajando. ¿Quién reportará? Ya veremos. Es difícil denunciar a tu madre, a tu hermana, a tu vecina… Es una vergüenza para la familia que señalen a un miembro de la misma”.
Desde la CONFOCOS colaboramos con el proyecto ”Cooperación Técnica Delegada sobre prevención de la MGF” del FCC, dotando de herramientas y conocimientos específicos al personal técnico de los ayuntamientos catalanes que trabajan directa o indirectamente con población de origen de países donde se practica la MGF. Estableciendo sinergias de movilidad de conocimientos en materia de MGF entre Gambia y Catalunya. El proyecto cuenta con el apoyo y financiación de la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID) contribuyendo a impulsar la salud sexual y reproductiva de las mujeres y los derechos de la infancia.